1. HISTORIA DEL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA
1.2. Resultados electorales. Las distintas legislaturas
1.2.2. Elecciones andaluzas coincidentes con generales y europeas. Participación electoral y abstención

De las seis elecciones al Parlamento de Andalucía celebradas hasta la fecha, sólo dos tuvieron lugar separadamente de cualquier otra elección, las de 1982 y las de 1990, en tanto que, de las cuatro restantes, tres coincidieron con elecciones generales -1986, 1996 y 2000- y una -1994- se desarrolló conjuntamente con las elecciones al Parlamento Europeo.

Cotejando las alteraciones en escaños en aquellas elecciones que se produjeron concurrentemente, se observa que el cuadro de alteraciones tiene un sentido similar en unas y otras elecciones, si bien mucho más acusado en las elecciones autonómicas, lo que no responde sólo al número de escaños por cubrir -60 en las generales al Congreso en Andalucía y 109 al Parlamento andaluz-, sino a la dinámica propia de la política andaluza respecto a la nacional, como lo demuestra que el incremento de escaños de IU (+11/+2) y los descensos de PSOE, PP y PA (-6, -4, -1/-1, =, =) son proporcionalmente muy superiores en las elecciones autonómicas respecto a las generales.

En esta única coincidencia electoral hasta ahora entre andaluzas y europeas el signo de alteración de escaños de cada fuerza política entre una y otra elección es el mismo -en las europeas la circunscripción es nacional-, de tal suerte que suben PP e IU -acusadamente en las andaluzas y de modo importante en las europeas- en tanto que descienden PSOE y PA -notablemente en las andaluzas-. Cabe subrayar que estas elecciones de 12 de junio de 1994 fueron las primeras elecciones europeas con triunfo del PP (28, por 22 del PSOE), lo que parecía anunciar la alternancia en el poder central que sobrevendría en 1996, a lo que contribuyó acaso en mayor medida la victoria popular en las elecciones municipales de 1995.

Éste es un buen ejemplo de elecciones simultáneas con resultados antitéticos entre sí, pues, mientras en las elecciones andaluzas se recupera el número de escaños socialista (+7) y en menor medida andalucista (+1), en las elecciones generales sube el número de escaños popular (+4) y de IU (+2), con lo que se produce una inversión: retroceso socialista en Andalucía en las generales (-5 escaños) y descenso de IU (-7) y Partido Popular (-1) en las andaluzas.

Conviene recordar que las elecciones generales de 3 de marzo de 1996 supusieron el primer triunfo del PP, lo que permitió su acceso al poder central, en tanto que las elecciones andaluzas de la misma fecha pusieron término a una IV legislatura andaluza con mayorías enfrentadas en el Parlamento (PP-IU) y en el Gobierno (PSOE), con recuperación de voto por parte de éste, que vuelve a gobernar en mayoría en coalición con el PA.

La coincidencia electoral en este caso va a producir unas oscilaciones en el número de escaños andaluces de las distintas fuerzas políticas en Congreso y Parlamento andaluz que se orientan en el mismo sentido prácticamente. La coalición de Gobierno socialista-andalucista mantiene su mayoría en Andalucía al incrementar un escaño el PA, en tanto que el PP consolida sus posiciones en ambas elecciones, revalidando su mayoría -ahora absoluta- en las generales, donde el PSOE pierde dos escaños en Andalucía, incrementando en cuatro sus escaños en Andalucía y aumentando también en seis su representación en el Parlamento andaluz, mientras que IU pierde fuerza en las andaluzas (-7) y en las generales en Andalucía (-3). En este caso ambos resultados parecen conducirnos a concluir que la fuerza centrípeta que ejercieron las elecciones generales en toda España primó sobre las elecciones andaluzas.

En cuanto al mayor índice de abstención en elecciones andaluzas, éste se produjo en las de 1990, con un 44,66%, y una participación, por ende, sólo del 55,34%. En ese caso elecciones autonómicas y generales fueron celebradas por separado, éstas el 29 de octubre de 1989 y las autonómicas el 23 de junio de 1990, lo que puede explicar en parte la alta abstención, en tanto que el menor índice se dio en las elecciones de 1996, con un 22,06%, y, consiguientemente, con una participación del 77,94%. Aquí las elecciones autonómicas y generales se celebraron el mismo día -3 de marzo de 1996-, lo que puede explicar, al menos en parte, el alto nivel de participación.

De las cuatro coincidencias que se han dado hasta el momento entre elecciones andaluzas y generales -y europeas una vez- pueden extraerse dos líneas de continuidad: que la coincidencia entre comicios, sobre todo con los generales, potencia el índice de participación ciudadana a la hora de votar, como lo demuestra el que los dos más bajos niveles de participación -55,34 y 66,12%- en las elecciones andaluzas se dieron en 1992 y 1990 respectivamente, años en que éstas se celebraron solas, y que, de esas cuatro coincidencias, en tres la evolución de los partidos en unos y otros comicios fue parecida respecto a los anteriores. Sólo se da la contradicción -al menos aparentemente- en 1996, acaso porque dichos comicios supusieron el ascenso del PP al Gobierno en las generales y la recuperación socialista en las andaluzas tras la inestabilidad de la IV legislatura andaluza.

Podría decirse que el panorama de nuestros partidos es bastante estable, en sus trazos generales al menos, con independencia de las reestructuraciones experimentadas por tres de las cuatro fuerzas políticas básicas: PP (AP-PDP-UL+UCD AP-PDP-PL (CDS) PP); IU (PCA-PCE IU-CA IULV-CA) y PA (PSA PA CA-PA PA). De ello se colige que el sistema andaluz de partidos es relativamente simple, con presencia parlamentaria continuada de sólo cuatro fuerzas políticas, las actuales PSOE-A, PP-A, IULV-CA y PA. De estas cuatro fuerzas, los dos partidos menores -IU y PA- tienen un peso relativamente bajo en el sistema político-parlamentario, pues entrambos tienen un 10% de los escaños del Parlamento de Andalucía en la actualidad y en las primeras elecciones andaluzas, y alcanzaron hasta un 20% en las elecciones intermedias. Ello nos podría llevar a preguntarnos si nuestro sistema político se encamina hacia un bipartidismo imperfecto, como en general sucede en el panorama político español.

El PSOE-A es el partido predominante en el sistema parlamentario andaluz -hasta ahora-, pues ha sido el partido más votado en los seis comicios andaluces, si bien desde 1994 sólo cuenta con mayoría relativa y desde 1996 gobierna merced a una coalición con el PA.

El PP-A es una fuerza creciente en Andalucía tras las elecciones de 1994, con aspiraciones de ser alternativa de Gobierno en Andalucía -seis escaños y un 6,30% de voto le separa del PSOE- por ser la segunda fuerza electoral andaluza y destacadamente el primer partido de la oposición.